HOMBRES EN LOS QUE ME FIJO

Este fin de semana, como tantos otros, han ocurrido hechos terribles en relación a la violencia machista. Si, machista, no me da la gana utilizar términos como "doméstica", "de género", etc..., que no hacen sino suavizar algo que es brutal.

Me ha dado por reflexionar, aunque este blog nació precisamente para que en mi vida hubiese un espacio sólo lleno de cosas positivas, por eso lo de "mi vida en rosa", pero hoy me apetecía hablar de este tema, para el que no encuentro calificativo que exprese su dimensión real. Y es además muy complejo.

¿Qué les pasa a algunos hombres por la cabeza, para llevar a cabo estas acciones? Por más que lo pienso no encuentro ninguna respuesta. No me vale que sean enfermos, ni de otro país, de otra cultura, eso son milongas e intentos de justificar algo que es injustificable.

La mayoría de las veces acaban suicidándose, deberían ser capaces de hacerlo unas horas antes. Si es que su vida resulta tan insoportable, que se suiciden ellos y dejen en paz a los demás.

Otros días veo brutales maltratos de animales, también espantosos. Supongo que los maltratadores no saben ponerse en el lugar del otro, no pueden sentir su dolor, sino no serían capaces de ser los causantes de él.

Maltratadores del mundo entero, hacednos el favor de suicidaos y borraos del mapa!!!

Quiero ser positiva y fijarme en esos hombres maravillosos que me rodean. Gracias a la vida por rodearme de lo mejor de la especie. A los que no lo son los aparto sin contemplaciones. Afortunadamente tengo hombres adorables a mi alrededor, familiares, amigos, exparejas incluso, compañeros de trabajo, en esos son en los que me fijo. Ellos son anónimos, pero están por todas partes, hombres amorosos, cariñosos, estupendos, en cada lugar al que miramos, si sabemos mirar en la dirección adecuada.

Son todos estos hombres en los que la sociedad en general debe fijarse y en particular todas las mujeres, desechando por completo el estereotipo machista, los comportamientos machistas, los comentarios machistas, por insignificantes que sean, debemos desecharlos, son pequeñas semillas que luego crecen... y nunca sabemos hasta donde pueden llegar.

Acostumbrémonos a desechar las conductas negativas, de la mente de cada ser humano primero, hombre o mujer, de los modelos en que fijarnos, y no las normalicemos, porque entonces es cuando se aprenden.

Vivamos en un mundo de hombres y mujeres libres, independientes, seguros, sin miedo al presente, sin miedo al futuro, sin miedo a mostrar y a sentir amor.