miércoles, 25 de febrero de 2009

CALATA, LA NUIT



Muchos días sin escribir, por mis problemas domésticos con la caldera, por mi estresada vida laboral, por mis estresadas neuronas, pq me muero de sueño cuando llego a casa y sólo pienso en dormir, dormir, dormir...

Llegó el día de salir por Calata, ese que tanto habíamos planeado y nunca podía ser... En mi afán por dejarme llevar por las intuiciones, elegí quedarme hasta el final.
Como siempre que llego a un lugar nuevo, siento la necesidad de involucrarme con la energía que me rodea, necesidad de vivir nuevas experiencias y conocer nuevas personas, nuevos mundos, nuevos universos, que siempre me enseñan nuevas cosas, de ellos, de mi misma. Tal vez soy una pesada neurótica que busca la trascendencia, pero para mi es importante que todo signifique algo, y si es posible, algo bueno.

Y como siempre, sin buscar, encuentro. Casi siempre se encuentran tesoros donde menos te lo esperas, en mi caso personas que aparecen por casualidad y que acaban siendo importantes por todo lo que me aportan y lo que está por llegar.
Parece que me gusta bailar mientras miro al techo, como una "freek", pero tal vez será pq si estoy a gusto, me siento tan libre como para dejarme llevar, sin más... Y eso de vez en cuando, en esta temporada tan intensa, es exactamente lo que necesito.


miércoles, 4 de febrero de 2009

LUNA LUNERA...


Lukas Moeller afirma en su libro "el influjo de la luna sobre las personas" que la luna interviene en nuestros estados anímicos.
Desde luego interviene en los mios, y puedo saber sin mirar al cielo cuando se acerca la luna llena, sobre todo pq es una fase de gran actividad onírica y más bien poco descanso.
Si está comprobado científicamente que interviene en las mareas, en los movimientos sísmicos, como no va a influir en las personas?

Desde nuestros antepasados prehistóricos hasta la actualidad, la observación de las fases lunares ha propiciado todo tipo de mitos, leyendas, misterios, creencias...
Resulta evidente que sufro y me beneficio a partes iguales del efecto-lunalunera como a mi me gusta llamarlo.

Con la luna nueva, cuando el sol no la ilumina y hay ausencia de luna, me vuelvo más meditativa y solitaria, con ganas de sentirme blandita y desechar lo que no me sirve para volver a empezar.
Con la luna creciente, cuando el sol la ilumina parcialmente me siento llena de energía y con ganas de comenzar nuevos proyectos totalmente ilusionada.
Con la luna gibosa, cada vez más iluminada, suelo mostrarme ansiosa pero más creativa.
Y cuando por fin llega la luna llena, esa "lunalunera" ya totalmente iluminada, me siento excesiva, desatada, insomne y si duermo se multiplican mis sueños, parece que todo es posible.
De nuevo vuelta a las andadas...

A veces me pregunto como es posible que creamos vivir en un mundo tan racional si en el fondo somos tan primitivos. Y eso me encanta!!!