jueves, 4 de noviembre de 2010

EL ULTIMO SINDICALISTA




En este mi propio tiempo de silencio, el mundo ha girado muy rápido, parece que el año 2010 sea un año de cerrar etapas, de despedidas.
Se han ido personas importantes en mi entorno y personajes públicos que ya no volverán a repetirse, MARCELINO CAMACHO es el último sindicalista, ahora ya no quedan.
En mi adolescencia idealista tomé como modelo a todas estas personas cuya vida fue un ejemplo de lucha, lucha para los demás, lucha para el reparto de derechos y valores necesarios. Tan necesarios que resultan nutritivos por si mismos, aunque parece que hoy se nos ha olvidado alimentarnos de ellos y los hemos sustituido. Sustituido por otros que llenan mucho al principio y luego nos dejan vacios.
Quien me conoce sabe que he vivido siempre en un lugar emblemático del sindicalismo, me rodeaban los ideales de la lucha obrera por eso mi admiración desde muy pequeña a este hombre.
Permaneció siempre fiel a sus ideas, a sus valores y lo más importante las llevó a la práctica en su propia vida, tomando decisiones personales de acuerdo con estos valores. Algo impensable hoy en cualquier político o sindicalista.
Si fuese militante de C.C.O.O. me preocuparía seriamente pq ya no les queda nada, son practicamente una empresa mercantil y no sigo pq me enciendo en exceso.
"... Si los burgueses no quieren la bandera tricolor, les pondremos una roja, con el martillo y la hoz..."
Desde donde estés, espero te sientas orgulloso de tu vida.

Y en otro orden de cosas, si a Sabina se le perdió un día el mes de abril, a mi se me ha perdido el mes de octubre, entre Pilares, una galipandia espectacular que me ha dejado una tos de abuela, el cese, etc., no he tenido ni un minuto libre, ni para escribir, ni para mirar el correo, es que casi ni he encendido el portatil.
Mi vida  se ha dado la vuelta como un calcetín, he cesado, por fin, se acabó Calata. Eso no fue dificil, tenía ganas de alejarme del lugar y de ese trabajo que no me aportaba nada salvo sinsabores uno tras otro. Lo dificil fue despedirme de mis compañeros, de mis jefes, hemos pasado muchas cosas juntos, tantas horas perdidas... Quiero aprender a implicarme menos.
Lo mejor de este destino ha sido la gente maravillosa que he conocido, algunos no dejaré de quererles nunca y siento que ellos a mi tampoco. Me sentí muy querida y me sentí muy emocionada, en general, salvo algunas excepciones que ya me esperaba. Doy gracias al universo por permitirme sentir todas estas cosas, apreciar tantos matices.
La vida sigue, y ahora SOY FORAL!!! Tengo un permiso que voy a aprovechar muchísimo, y lo demás ya se verá pq hay una persona nueva en mi vida, pero no me deja respirar a mi manera, y eso no me gusta nada.