Parece mentira que esté esperando el final del verano. Estaría triste si me encontrara en cualquiera de las playas de la costa brava o concretamente en Cadaqués, en S'Agaro, o sentada en alguna roca frente al Cantábrico, lugares que por otra parte espero visitar en cuanto pueda.
Mi verano ha sido otro, muy diferente y llega septiembre con su luz especial y con sus cambios. Este año sí, espero con ansiedad el final del verano.
La ciudad retoma su pulso de siempre y este año coincide 1 de septiembre y lunes, uuufff! se acabaron los paseos sin contaminación, sin estrés. Mañana todo el mundo, incluida yo, iremos corriendo a alguna parte.
Estos días he removido tanto mi interior que parezco uno de mis armarios.
A pesar del vértigo de tanto cambio se que no puedo caerme, me agarro a esas rutinas que se encuentran arraigadas sin que yo lo sepa, me sorprenden y me hacen sentir bien.
Una de esas cosas son las cenas con los amigos de hace 20 años. Un momento..., tengo amigos de hace 20 años!!! Incluso tengo amigos de hace 30 años!!! Como pasa el tiempo.
En esas cenas con amigos comprendo muchas cosas, redescubro a personas o recupero a las que habían estado perdidas o me encuentro a mi misma y no importa si se suceden momentos de risas desternillantes, conversaciones mitad complices, mitad nostálgicas, con silencios nada incómodos.
A veces me siento no escuchada o no comprendida, pero sin dolor, no importa.
Hay palabras fluidas, palabras entrecortadas, palabras que mienten, confesiones, comentarios transgresores, máscaras, costumbres, adicciones, sinceridad, confianza... o silencio.
A veces hay distancia, a veces hubo un momento o lo habrá.
Al final del encuentro siento que el tiempo pasa rápido, que la vida es extremadamente corta y que me he equivocado en muchas cosas, con muchas actitudes, pero es imposible que me equivoque con las experiencias pq hace más de 20 años que elegí a mis amigos, hace más de 20 años que elijo encontrarme y reencontrarme con ellos.
Y como canta Mikel Erentxun ...Hoy aun seguimos aquí, donde todo empezó, seguimos en pie pq nadie se cayó, con el tiempo a favor y sin nada que perder...
FELIZ VUELTA A CASA
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Curioso que te guste el final del verano a mi también, pero por diferente causa, cuando se acaba el verano nos quedamos mas tranquilos en la costa, aunque es de lo que se gana, si fuera mas repartido sería mejor para todos. Yo ya no se ni donde están mis amigos, un poco olvidados los tengo y ellos también a mi. Seran esos años que pasan y cada uno se preocupa mas de otras cosas. Tendré que intentar volver a "reiniciar amistades".
ResponderEliminarTengo S'Agaró a un paso, y si te sentaras en el Paseo de Ronda en cualquiera de sus rincones entrañables, se te iban a quitar todas las tristezas, hay que probarlo. Un abrazo.
Conozco el camino de ronda. La primera vez que fuí me pareció espectacular y ahora vuelvo asiduamente. Los rincones que vas encontrando desprenden una energía muy especial.
ResponderEliminarAprovecha tu que lo tienes cerca.
Los amigos a veces vienen y a veces van, aunque no estén físicamente lo importante es que ocupen un lugar en tus pensamientos.
Gracias por tus comentarios!!!
Besonrisas.