MAQUINA DEL TIEMPO

Es muy fácil fabricarse una si se sabe como, en mi caso con una sencilla receta:

Píllese un virus de esos raros que le dejen para el arrastre, o aproveche las fiestas de semana santa o cualquier otro puente, el caso es no tener que ir al trabajo. Todo esto se adereza con una gran dosis de Derecho Mercantil sustantivo, una pizca de Derecho Penal, parte general. Para no desfallecer engánchese una noche a la lectura del último libro de Lucía Etxebarría, por cierto muy recomendable, es imposible no leerlo de tirón. Al despertar una meditación de Chopra, al ritmo de tango, ranchera o flamenco. Algún que otro paseo por la ribera bajo la lluvia, escuchando el acústico de Coque Malla en "El Sol", absolutamente sublime. Y como colofón, visita de "Mister S, el imbecil", peluquería y martini blanco con coca-cola light...

Es como un déjà vu, una máquina del tiempo, la vuelta al pasado, el viaje kármico... A partir de mañana a buscar de nuevo la llave para cerrar esa puerta.

Se que estoy en el lugar y momento adecuados, que nunca habrá un tiempo donde mi vida no sea este momento.

"...Cierra los ojos... inhala suave y lentamente... exhala la luz, permitiéndole llegar a su origen lejano..."

Y de nuevo aquí, mañana madrugón, un poco más suave por la reducción de jornada, y otra vez a Calata.