Prometí escribir más asiduamente y no lo he cumplido, al menos no en este blog. Como siempre cualquier cosa por mínima que sea si se convierte en algo obligado deja de tener interés para mi. A estas alturas de mi vida ya no me sorprende y ni siquiera me hace sentirme culpable.
La inmovilidad por culpa del esguince ha hecho que mi cabeza trabaje a mil y que a mi espíritu le hayan brotado alas. Tal vez como dice mi "guru" este tiempo de calma lo haya pedido inconscientemente pq lo necesitaba. Lo cierto es que deseé fervientemente estar fuera del ambiente tóxico donde me encontraba inmersa, y lejos estoy.
Viajo con mis nuevas alas atravesando barreras interiores que estoy deseando derribar cuanto antes, he viajado hacia nuevas experiencias lejos de la comodidad y la seguridad de mi mundo, ese mundo que me cuida y me sostiene, pero que no es suficiente.
Tal vez no tengo miedo a dejarlo pq se que no lo perderé, he entendido que muchas cosas, situaciones y personas no cambiarán nunca o más bien aunque cambien y evolucionen me parecerá estupendo.
Compartir algún tiempo con mis padres me ha enseñado que debo seguir buscando unas nuevas alas y atreverme por fin a volar con ellas, dejando atrás, muy lejos todos los miedos, pq ya es hora, me lo debo a mi misma y a la vida que me da todo lo que necesito. Es hora de aceptar todo lo que me pertenece, es tiempo de usar mis nuevas alas.
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